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La Ciudad Misteriosa

Therk 2 post

Therk caminaba de regreso a su casa, aún no se había recuperado de la impresión que le había supuesto ver aquel espectro en la horrible casa y el corazón le latía apresuradamente, a cada sonido que llegaba a sus oídos el giraba la cabeza para observar que lo había provocado, tenía la sensación de una sombra que le observaba y seguía.
En realidad esto era cierto, un ser humano vestido con una gran capa gris le iba siguiendo sin perder detalle de sus movimientos, no podía permitir que aquel joven orgulloso se le escapara de su campo visual, aquello hubiera sido más dificil si no fuera por la cualidad de su capa que le permitía no ser visto por el resto de humanos, ciertamente, era invisible, pero no inaudible, por lo que temía que el joven presagiara su presencia ya que parecía sentir extrañeza hacia su retaguardia.
Ya estaba cerca de Therk, la sombra se abalanzó sobre él, pero misteriosamente Therk lo presagió y giró rapidamente a un lado, oyó un estrépito provocado por el tenebroso al chocar contra el suelo y, sin pensarlo dos veces, echó a correr.
Corría sin rumbo, sin saber a donde le dirigían sus pasos, por calles que nunca había visto, de nombres cortos y obvios pero aun así le causaban una amarga sensación. Al fin, Therk llegó a la plaza de la Iglesia de San Pedro, allí había más gente, que se extrañó y se le quedó mirando al verle huir tan fuertemente. Therk reparó en sus miradas y cesó en su carrera, el resto de personas pronto volvieron a sus tareas interrumpidas.
Él solo era uno más, pocos le conocían, practicamente nadie sabía que era lo que tenía entre manos, y nadie que no le conociera esperaba nada grande de él, esto contrastaba con la impresión que tenían sobre él los que le conocían bastante bien, todos ellos esperaban verle cambiar el mundo, aunque Therk creía que esto estaba muy lejos de sus expectativas. Therk hubiera deseado una finalidad de ese tipo, pero se sentía muy lejos de las grandes personas que influyen en el transcurso del mundo.
Mientras tanto, en otro lado de la ciudad, alguién se recuperaba de un fuerte golpe, vio que ya no podría seguir a Therk y se decidió a volver a su hogar, de camino hacia allí le sobrevinieron miles y miles de pensamientos acerca de la injusticia de la fortuna, que le había abandonado otra vez más, y le venía abandonando desde que podía recordar.
Llegó a su morada y se quitó su capa plateada...

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